Excelencia web

Sobre los criterios de calidad de un sitio de contenido médico

¿Cuáles son los criterios que definen un sitio web de calidad? ¿Son distintos y específicos para los de contenido médico? ¿Son diferentes para internet o son los mismos que se aplican en otros formatos y modalidades de publicación y periodismo? ¿Valen las mismas reglas para los contenidos orientados a médicos y al público en general? Este tipo de cuestiones se vienen planteando desde los orígenes de la difusión de contenidos médicos en internet, pero se han ido haciendo más acuciantes con la proliferación de sitios web de salud, cuyo número nadie se atreve a fijar con precisión pero que debe de sobrepasar ya holgadamente los 20.000. Es bien cierto que ya es posible encontrar en la red información de prácticamente cualquier tema médico, pero no lo es menos que también puede encontrarse cualquier nivel de calidad.

 

Son ya numerosas las asociaciones y entidades que se están dedicando a estudiar la difusión de temas de salud en internet y a definir requisitos de calidad. Además de las más grandes y reputadas, como pueden ser la Food and Drug Association o la American Medical Association, han surgido algunas organizaciones nuevas más focalizadas y especializadas en estas cuestiones. Entre ellas hay que destacar la Health On The Net Foundation (HON) y su propuesta del conocido HON Code of Conduct para internet; la British Healthcare Internet Association o la Internet Healthcare Coalition. Esta última, que integra a todo tipo de proveedores de información de salud (universidades, editores, laboratorios, asociaciones de pacientes, etc.), tiene en su sitio un buen decálogo de consejos para separar el grano de la paja. Estos 10 principios, pautas  o considerandos, en principio orientadas al consumidor pero sin duda también de utilidad para el médico, son en esencia éstos:

 

  1. Escoger un recurso de información de salud en internet es como elegir médico. Nadie va a cualquier médico y además es posible recoger y comparar varias opiniones y criterios. En internet se puede y conviene hacer lo mismo.
  2. Las fuentes de información deben ser identificables. Y cuantos más datos identificativos de las fuentes y los colaboradores del sitio web, mejor.
  3. Desconfiar de los sitios web que se proclaman como los únicos o los mejores.
  4. No confundirse con las interminables listas de enlaces. Un enlace no presupone que la calidad del sitio de destino es idéntica a la del sitio de origen.
  5. Gestión profesional y revisión del sitio por un comité de expertos bien identificados.
  6. Actualización con fecha. El conocimiento médico está en evolución permanente, por lo que la fecha de actualización es un dato importante.
  7. La publicidad en su sitio. Cualquier patrocinio o anuncio debe estar claramente indicado para no mezclarse con los contenidos médicos.
  8. Evitar los diagnósticos y tratamientos “on line”.
  9. Compromiso de confidencialidad. Sobre la información confidencial que suministre un paciente debe existir un compromiso claro para preservar su intimidad.
  10. La décima pauta viene a decir que hay que usar el sentido común: consultar distintas fuentes, desconfiar de los remedios milagrosos y leer la letra pequeña.

Pues bien, aunque la excelencia en internet normalmente se encuentra en aquellos sitios web de personas o entidades que ya la han demostrado fuera de la red, no es patrimonio exclusivo de ellos. En cualquier caso, con todos los sitios web conviene interrogarse sobre los intereses de sus propietario y mantener una saludable dosis de escepticismo.


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