Brujuleo

Sobre las últimas tendencias en consumo de salud electrónica

Con el prometedor título de “Trends for medical Internet usage”, el pasado 5 de julio la Health On the Net (HON) Foundation despachó en el buzón electrónico de sus suscriptores los resultados de su último sondeo.  Por el prestigio de la institución y la calidad y continuidad del empeño, los sondeos de esta fundación suiza vienen siendo desde 1997 un punto de referencia en la evolución del uso de internet con fines médicos. Los últimos resultados disponibles en la red son los de la encuesta realizada en los meses de febrero y marzo de 2001, en la que han participado 3030 internautas de todo el mundo (un 54% de EE UU y un 26% de Europa, siendo el español la segunda lengua tras el inglés), de los cuales más de la mitad son profesionales no médicos y un tercio de ellos se identifican como pacientes. Como quiera que los intereses de los médicos son mejor conocidos, es en el apartado de los no médicos donde aparecen los resultados más reveladores. Por lo que puedan apuntar de tendencias, merece la pena destacar y comentar estos tres aspectos:

1. La división de información para médicos y no médicos no está tan nítida. Un 77,67% de los pacientes y consumidores en general reconocen que buscan información en los sitios para médicos. ¿Por qué? Los legos responden, en primer lugar, que porque quieren acceder a información más compleja (81,61%). De modo que, por sorprendente que parezca, los pacientes parecen preferir información de mayor nivel, más técnica y enmarañada, que ya se encargarán ellos de desenredarla. ¿Y qué ocurre si no se entiende esta información? Casi todos, lo que hacen es realizar búsquedas alternativas, mientras que un 41,63% reconoce que recurre al médico para aclarar las dudas.

2. Internet fomenta la interacción médico-paciente. Un 63,12% de los enfermos ya discute la información con sus médicos, y parece razonable que esta tendencia se consolide. Las dos razones principales que se aducen son aumentar la educación médica (71%) y mejorar la comunicación (49%) con el médico. En cambio, la cuestión de la demanda de segundas opiniones no está clara. Todavía son más quienes no han recurrido a esta  posibilidad (67%) que quienes sí lo han hecho (37%). Y es que, presumiblemente, quien busca una segunda opinión aspira a algo más que la fría y distante relación que procura internet y quiere hablar cara a cara con el nuevo médico.

3. Antes que nada, lo que se le exige de la información médica en internet es precisión, accesibilidad y veracidad. No es de extrañar, por tanto, que los sitios profesionales sean los más consultados, y los comerciales y de laboratorios farmacéuticos, los menos. Las principales quejas sobre el uso de la red se concretan en la pérdida de tiempo que representa su uso y en la precariedad de las herramientas de búsqueda.

Un reciente artículo publicado en el JAMA del 23 de mayo de 2001, titulado Health Information on the Internet. Accessibility, Quality, and Readability in English and Spanish, venía a concluir que el acceso a la información de salud usando los buscadores habituales no es eficiente; que hay muchas lagunas de información, aunque la precisión, en general, es correcta, y que hace falta cierta preparación para asimilar la información. De todas formas, los sucesivos estudios y sondeos no acaban de perfilar una radiografía clara de la situación. Es pronto todavía para hablar de tendencias, cuando los datos disponibles no hacen sino dar vueltas sobre el tema señalando ahora un rumbo y poco después otro. Hay una palabra que bien puede definir el actual.


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