Ciberconsultorías

Sobre el incipiente negocio de las consultas en línea y las empresas que lo explotan

El negocio de las ciberconsultas empieza a ser explotado en España por empresas que intuyen que en la duda diagnóstica, la orfandad informativa y la incertidumbre vital del paciente hay un filón. Sobre el terrero abonado por las ciberconsultas de médicos particulares han surgido auténticas ciberconsultorías “científicamente” ideadas según los principios empresariales del mercado global. Con inversiones de cientos de millones de pesetas, los primeros ciberemprendedores han saltado al ruedo hispano para hacer negocio aliviando el malestar de 400 millones de potenciales clientes. En España se producen al año unos 160 millones de consultas en el sistema público de atención primaria, pero es pronto para hacer estimaciones sobre el potencial de la consulta médica en internet y cuáles serán sus limitaciones y principales puntos calientes.
Por lo pronto, las primeras ciberconsultorías médicas han apostado por lo que se llama el mercado de la “segunda opinión”, reconociendo por un lado el nicho comercial de las segundas y sucesivas opiniones y, por otro, que la consulta médica en internet no puede reemplazar a la consulta cara a cara. Dos de las primeras y más ambiciosas empresas surgidas en España son Centro Médico Virtual y Círculo Blanco (ya comentada en esta columna hace unas semanas). Ambas tienen menos de un año de vida y un perfil médico y empresarial bastante semejante: un panel de médicos de prestigio nacional e internacional para dar las segundas opiniones, independencia “a priori” de los intereses que pueden sesgar una opinión médica, inversiones millonarias para asegurar un lanzamiento de calidad, voluntad de excelencia, garantía de confidencialidad y, en general, un llamativo cuidado por todos esos detalles tan bien estudiados por la mercadotecnia para dar una buena impresión. La mayor diferencia está en el precio de las segundas opiniones: 20.000 pesetas frente a 70.000, pero sin duda estas distintas posiciones acabarán siendo corregidas y colocadas en su sitio por el mercado.
Junto a estos ejemplos de empresas cuya apuesta comercial se basa en el prestigio y la exclusividad, hay otras cuya imagen deja mucho que desear. Ciertamente la apariencia de calidad no equivale a calidad (un concepto amplio y difuso que encuentra su cifra y su resumen en la satisfacción del cliente), pero es también uno de sus aspectos. Y es que hay sitios que se retratan solos. Valga como ejemplo el sitio medicinainternet.com, que responde así la pregunta “¿Quiénes somos?”: “Un grupo de profesionales conocedores del mundo Sanitario, con dilatada experiencia. Independientes de los servicios sanitarios oficiales actuales, que utilizando las nuevas tecnologías han constituido una Empresa de Servicios (…) siendo sus objetivos: los Enfermos, la Sanidad, divulgación y Formación de sus contenidos, sus Actividades y los Profesionales” (sic). Y a continuación añade la siguiente “NOTA: Este servicio temporalmente, no está activado, sólo puede solicitarse por teléfono”. ¿Y qué decir de las consultas en un web que se llama Achis! o de las atendidas por el Dr. Alberto Sexperto y la Dra. Zonia de Placer en la sección de sexología de saludonline.com?

Ciertamente las limitaciones de la consulta a través de internet son muchas, pero también lo son sus posibles utilidades. El tiempo irá aclarando unas y otras, mientras se van definiendo las posturas de pacientes y médicos. A la pregunta planteada en el sitio web del Colegio de médicos de Barcelona “¿aceptarías recibir consultas de tus pacientes a través de internet?”, un 59% responde sí; un 36%, no, y un 5% “no sé”. Pero, claro, ésta es sólo la opinión de quienes están en internet.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *