Sobre las polimórficas relaciones entre trabajo y salud
[divider_flat] ¿Quién pone en duda que el trabajo influye, para bien o para mal, en su salud? Pero una cosa es hacerse una pregunta retórica y otra ofrecer respuestas basadas en estudios bien fundamentados. Hay tantas maneras diferentes de explorar las relaciones entre trabajo y salud que los higienistas y otros investigadores no saben muy bien por dónde empezar. Lo más estudiado, claro está, es lo más nítido y contundente, como pueden ser los accidentes de trabajo o las enfermedades profesionales. Pero incluso en este ámbito de las enfermedades laborales no todas están tan claras como, pongamos por caso, la silicosis o el cáncer escrotal en los deshollinadores. Hay tantos trabajos y tantas condiciones diferentes de vivirlos o sufrirlos que resulta complicado obtener resultados válidos y, no digamos, extrapolarlos. Y si se tienen en cuenta las variables psicológicas y sociales, la investigación puede entrar en unos derroteros que para algunos científicos son, claramente, arenas movedizas. Pensemos, por ejemplo, en la perniciosa influencia de los jefes o en la flexibilidad en el trabajo para conciliar la vida profesional con la personal.
La flexibilidad en el trabajo pasa por ser un ingrediente esencial en los programas laborales de promoción de la salud, pues permitiría conciliar mejor trabajo y familia, y favorecería además la adopción de hábitos de vida más saludables. Espoleado porque esta extendida creencia no tiene suficiente investigación que la sustente, Joseph G. Grzywacz, de la Facultad de Medicina de la Wake Forest University, se decidió a estudiar cómo influía la percepción de la flexibilidad laboral en el mantenimiento de un estilo de vida saludable. El estudio se realizó mediante una encuesta a 3.193 trabajadores de una multinacional en EE UU en la que se incluían cuestiones sobre el número de horas de sueño, la actividad física, la participación en programas de control del estrés y de promoción de la salud, y otros aspectos relacionados con una vida sana. El análisis de los resultados de la encuesta confirmó la impresión previa de que los trabajadores que tenían una mejor percepción sobre la flexibilidad de su puesto de trabajo, tanto en horarios como en el lugar de trabajo, tenían hábitos más saludables; además, las personas que percibían un aumento de la flexibilidad tendían a mejorar su estilo de vida.
Hay que precisar que el estudio de Grzywacz, publicado en The Journal of Occupational and Environmental Medicine, se realizó con trabajadores de una compañía farmacéutica, aunque con muy diversas ocupaciones, y que la inmensa mayoría de ellos estaba satisfecho con la flexibilidad que le ofrecía la empresa, con semanas de actividad concentrada y otras de vacaciones, posibilidades de teletrabajo y reparto de tareas. Aunque estas condiciones laborales empiezan a implantarse en algunas empresas, no son habituales en todos los sectores laborales. En muchos otros trabajos, cuando se habla de flexibilidad, los trabajadores ya saben a qué atenerse.
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