Sobre los desafíos y posibilidades de internet para abolir el paternalismo médico
Una de las voces más autorizadas para hablar de "colaboración" en medicina tiene, como ha dicho con humor el propio interesado, "acento de culebrón". Es la del médico venezolano Alejandro R. Jadad, posiblemente una de las mentes más inquietas y preclaras para reflexionar sobre los cambios que introducen en medicina dos fenómenos de enorme efecto expansivo y amplias posibilidades sinérgicas: la medicina basada en la evidencia y la utilización de internet con fines médicos.
Por su juventud y talante, Jadad pertenece a una nueva generación de médicos que, sin olvidar los principios humanistas de la profesión y teniendo como bandera la difusión de la medicina basada en la evidencia, se adentran varias horas al día por los vericuetos de internet y dan salida y respuesta a decenas y decenas de mensajes de correo electrónico. Las posibilidades de internet para promover la colaboración entre todos los agentes involucrados en medicina son enormes, como bien sabe y pone en práctica Jadad, quien por algo es codirector del Centro Canadiense de la Colaboración Cochrane, sito en la ya mítica Universidad de McMaster en Ontario, donde además es profesor del Departamento de Epidemiología Clínica y Bioestadística y jefe de la Unidad de Investigación sobre Información de Salud. Quien haya tenido la oportunidad de oír al Jadad conferenciante recordará cómo este médico busca asimismo la colaboración y la complicidad del público en sus estimulantes intervenciones públicas.
Pues bien, en el número de mañana 18 de septiembre del British Medical Journal (BMJ) se pueden leer algunas de las ideas de Jadad sobre la oportunidad que ofrece internet para la colaboración en medicina y la necesidad de buscar fórmulas para el trabajo en equipo entre los grupos de consumidores, las asociaciones médicas, la industria farmacéutica, los gobiernos, las instituciones académicas y demás agentes involucrados. En su artículo "Promoting partnerships: challenges for the internet age" presenta un decálogo de requisitos y desafíos para avanzar con éxito por este camino.
No es casualidad que este tipo de artículos se publique en el BMJ, todo un ejemplo de apertura y búsqueda de la colaboración a través de internet. En el número de mañana, que ya está disponible en la red a texto completo desde hoy, hay además otros artículos que abundan en la necesidad de contar con los pacientes. Sin ir más lejos, en el comentario editorial "Paternalism or partnership?", la editorialista Angela Coulter aboga por estimular la colaboración y acabar con el paternalismo médico, del que dice: "Puede que sea benigno y bien intencionado, pero tiene el efecto de crear y mantener una insana dependencia que no sigue el paso de otras corrientes sociales. La asunción de que el médico (o la enfermera) sabe más… no debería tener sitio en un sistema de salud moderno. La clave para la exitosa colaboración médico-paciente es por tanto reconocer que los pacientes también son expertos. El médico está, o debería estarlo, bien informado acerca de las técnicas diagnósticas, las opciones terapéuticas y las estrategias preventivas, pero sólo el paciente tiene conocimiento sobre su experiencia de la enfermedad, sus circunstancias sociales, sus hábitos y conductas, sus actitudes hacia los riesgos y sus preferencias. Ambos tipos de conocimiento son necesarios para manejar con éxito la enfermedad, por lo que ambas partes deben estar preparadas para compartir información y tomar las decisiones conjuntamente". En la práctica, seguramente, las cosas no están tan claras. Hay una pregunta que nos afecta a todos, y es ésta: ¿Estamos preparados para el cambio?
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