Lasik

Sobre el presente y el porvenir de la cirugía refractiva por láser

¿Se merece el lasik (laser in situ keratomileusis) la inmensa popularidad que ha alcanzado? Ante el auge de los últimos años de esta técnica quirúrgica para corregir la miopía, el astigmatismo y la hipermetropía, muchos se plantean esta pregunta. Pero no sólo los posibles candidatos, también los oftalmólogos. Una ponencia científica, del alemán M. C. Kornz, de Mannheim, va a plantear la cuestión exactamente en esos términos en el próximo congreso anual de la European Society of Cataract and Refractive Surgery (ESCRS), que tendrá lugar en Niza del 7 al 11 de septiembre. Todavía no sabemos qué dirá el doctor Knorz, pero está claro que el río viene cargado y que la incuestionable popularidad del lasik se merece algunos matices y contrapesos científicos.

Los estudios sobre las complicaciones de la cirugía lasik no están todavía perfectamente estudiados. El procedimiento está avalado por la FDA y por muchos oftalmólogos de prestigio, y no hay duda de que se trata de una técnica segura, pues con los millones de ojos operados, las diferencias de calidad y destreza entre los oftalmólogos y otras variables no parece que surjan grandes complicaciones. Sin embargo, todos los estudios detectan un nivel variable de problemas visuales entre los operados. Puede ser que el porcentaje de pacientes que experimentan halos visuales, destellos luminosos, deslumbramientos y otros problemas que afectan sobre todo a la visión nocturna se sitúe entre un 25% y un 33%, como señalaba un estudio de Melissa Balley presentado en la reunión de la American Academy of Optometry (AAO) de diciembre de 2001. Otros trabajos indican que el porcentaje de pacientes que experimentan deficiencias visuales medio año después de la cirugía podría ser mayor. El número de personas que quedan con problemas visuales importantes no parece despreciable; no hay más que visitar el sitio web de la organización Surgical Eyes para apreciar la envergadura de algunas complicaciones. En muchos casos, estas complicaciones podrían haberse evitado con una mejor selección de los candidatos a la cirugía. Una buena indicación quirúrgica es imprescindible, como también lo es que el paciente reciba una completa información sobre los riesgos de la intervención y las expectativas razonables de visión postquirúrgica. Pero existen dudas razonables para pensar que ambas condiciones no siempre se cumplen.

Sin embargo, el nivel de satisfacción de los pacientes es altísimo. Algunas encuestas señalan que el 97% de los operados recomendarían el lasik a un amigo. Este es sin duda uno de los principales factores que explican la inmensa popularidad del lasik. La posibilidad de olvidarse de las gafas y lentillas, como proclaman algunos anuncios, hace que el balance entre beneficios y efectos no deseados sea claramente positivo para la inmensa mayoría. Pero esto no quiere decir que no haya todavía mucho margen de mejora, no sólo en el aspecto tecnológico sino sobre todo en el humano y profesional.


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