MDs ‘R’ Us

Sobre el espíritu lúdico-navideño en la literatura médica

El revival del color plata en los coches, que ya estuvo de moda a finales de los años setenta, no es sólo una argucia comercial. El marketing y la salud, tan pródigos en atenciones mutuas, tienen en este asunto menor un punto de encuentro. Contra la idea común de que los coches de colores claros y llamativos son más fácilmente visibles y, por tanto, más seguros, un reciente estudio asegura que los plateados son los que tienen menos probabilidades de verse envueltos en un accidente con heridos graves. La reducción del riesgo es nada menos que de un 50% en un coche plateado respecto a uno blanco, según los resultados del Auckland car chash injury study, publicado en el último número de 2003 del British Medical Journal (BMJ). Tras tener en cuenta los sesgos por razones de edad y sexo del conductor, uso del cinturón de seguridad, antigüedad del vehículo y condiciones de la carretera, los autores concluyen que el riesgo al volante de un coche amarillo, gris, rojo y azul no es significativamente mayor que en un coche blanco, pero sí lo es en los de color marrón, verde y negro. Los autores concluyen que «aumentar la proporción de coches plateados podría ser una estrategia efectiva para reducir el número de lesiones por accidentes de circulación». No llegan a recomendar a los médicos que prediquen con el ejemplo y compren coches plateados. Y ahí se acaba la broma del «Car colour and risk of car crash injury: population based case control study«.

Bajo la apariencia de la investigación más rigurosa, todos los años por Navidad algunas revistas médicas dan rienda suelta al humor y la parodia en sus artículos. El BMJ es el más insigne representante de esta tradición, y sus «Christmas issues» suelen provocar más de una situación divertida y/o comprometida cuando algún medio de comunicación da por buena alguna investigación que no es sino fino humor. El Canadian Medical Association Journal, otra de las revistas que se suele apuntar al humor de fin de año, ofrece ideas para hacer regalos navideños a médicos (MDs ‘R’ Us: holiday ideas for that special physician), como unos guantes antideslizantes para ginecólogos elaborados con un adhesivo especial y espacial desarrollado por la NASA. Por su parte, el BMJ nos ha obsequiado, entre otros trabajos, con uno que investiga la relación entre el orden de nacimiento de los hermanos y la posición que ocupan en el campo cuando juegan a fútbol, y otro que averigua que las enfermeras se lavan más las manos que los médicos. La mayoría de estos artículos son tan escrupulosos y ajustados al método científico que pueden pasar por investigación seria, aunque también puede ocurrir que se juzgue en clave de humor lo que es un trabajo serio. Todos estos divertimentos nos llevan a pensar lo sutil que puede ser en medicina la frontera entre lo veraz y lo verosímil, lo investigado y lo imaginado. Y, de paso, nos vienen a decir que el humor es una fórmula de lo más acertada para repensar lo incierto que puede resultar eso que llamamos evidencia médica.


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