Menos es más

Sobre la gibarización de los contenidos impresos y su expansión online

El British Medical Journal (BMJ) ha abierto hace unos días un canal propio en YouTube. Este BMJmedia, como se denomina el canal, contiene de momento apenas una decena de vídeos creados expresamente para la revista, pero promete ser un complemento importante de la información médica: veremos cuántos vídeos hay a finales de año y la aceptación que han tenido. En cualquier caso, esta sinergia del BMJ con YouTube es un buen exponente de que la publicación británica sigue apostando fuerte por la aprovechar todos los recursos tecnológicos disponibles para mejorar la comunicación de la ciencia y mantenerse en vanguardia entre las revistas médicas generales.

Si hace una década el BMJ empezó a trasladar los artículos de investigación en toda su extensión a su edición electrónica, reservando una versión algo más corta para su edición en papel, ahora ha dado un paso más al inaugurar una nueva modalidad de difusión abreviada para la revista impresa. La denominan «BMJ pico» (pico es el prefijo de algo tan pequeño como 10-12 en el Sistema Internacional de unidades) y viene a ser una especie de resumen detallado del artículo, en el que se informa de forma condensada sobre la pregunta que se investiga, el diseño del estudio, los resultados y otros detalles. Los propios autores serán quienes escribirán este resumen para la edición impresa, pudiendo publicar online un artículo todo lo extenso que sea preciso. Los editores del BMJ pretenden con esta medida publicar muchos más artículos de investigación en la revista impresa, acortar los tiempos de publicación, ahorrar papel y recursos, y ofrecer en internet los artículos en toda su extensión y con todo tipo de complementos multimedia: videos, podcasts, etc. Saben que los lectores de la revista en papel se centran no tanto en los papers como en todas las demás secciones, y asumen que los investigadores ya están maduros y habituados a buscar y leer los papers en internet.

El pasado 29 de diciembre, el BMJ inauguró estas nuevas vías de difundir la investigación mostrando como ejemplo un ensayo clínico sobre la técnica Alexander para el dolor de espalda (doi:10.1136/bmj.a2656), del que ofrecía una muestra del modelo pico junto a otro tipo de resumen más periodístico, denominado shortcut, elaborado por el propio BMJ, además un video (accesible también en YouTube) y un podcast. Los lectores y autores tienen ahora la palabra para decidir si prefieren el modelo pico o el modelo shortcut (o los dos) para la edición impresa. En cualquier caso, el BMJ parece decidido a demostrarnos que la mejor difusión de la investigación médica ya sólo puede hacerse en internet y que la revista en papel sigue teniendo sentido. Quizá porque sus lectores conforman un grupo bien definido, o quizá por otras razones, las revistas médicas parecen adaptarse mucho mejor a los nuevos tiempos tecnológicos que los diarios de información general. El BMJ es un buen ejemplo de que ofrecer menos en papel es ofrecer más en Internet.


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