Sobre la reescritura de la biografía de personajes históricos a la luz de la medicina

¿Fue la sífilis lo que llevó a la tumba a Oscar Wilde? ¿Murió envenenado Napoleón? ¿Y Mozart? ¿Y el emperador Claudio? ¿Qué sabemos de la historia clínica de personajes más remotos como Sansón? La pasión por la historia de los médicos no es algo nuevo ni minoritario (el éxito de la serie de Nestor Luján “La medicina en la cabecera de los protagonistas de la historia”, publicada en Jano durante años, es un buen ejemplo). Rescribir la historia, particularmente la historia clínica y la muerte de los personajes famosos, a la luz de la investigación es una afición a la que se entregan médicos de todas las especialidades y que tiene su hueco en las mejores revistas.

Uno de los últimos ejemplos es el artículo publicado en el número del 5 de julio de The New England Journal of Medicine sobre The Death of Young King Edward VI”, en el que se concluye que el hijo de Enrique VIII murió en Inglaterra en 1533, a los 15 años de edad, probablemente a causa de un cuadro complicado de sarampión, varicela y tuberculosis. Los médicos de la época diagnosticaron que se trataba de un caso de “consunción” (tuberculosis), pero la investigación que ahora se publica viene a revelar otras causas concomitantes. En concreto, fue un sarampión que padeció en abril de 1522, seguido por una infección de varicela, lo que creó las condiciones óptimas para la activación de la tuberculosis que acabó con el joven rey. Pero hay más ejemplos.

Coincidiendo con el centenario de la muerte de Oscar Wilde, The Lancet publicó el 25 de noviembre de 2000 un trabajo (Oscar Wilde’s terminal illness: reappraisal after a century) en el que se argumenta que no fue la sífilis lo que mató al escritor sino “probablemente” una infección crónica de oído que se extendió al cerebro, contradiciendo la versión oficial de su biografía que venía atribuyendo su muerte a una meningitis causada por la enfermedad venérea. Los autores de esta trabajo indican incluso que, a pesar de lo extendido del rumor,  no hay evidencias clínicas de que tuviera sífilis. El trabajo se publica con fotos de Oscar Wilde ya muerto y de la segunda opinión de un médico sobre el proceso infeccioso de oído.

El debate sobre las causas y circunstancias de la muerte prematura de Mozart, a la edad de 35 años, reúne numerosas aportaciones médicas y diversas conjeturas. Las sospechas de envenenamiento que recaen sobre su rival Salieri podrían ser infundadas de ser cierta la posible causa de muerte que sugiere Jan Hirschmann en su artículo What killed Mozart? el número del 11 de junio de 2001 de los Archives of Internal Medicine. Quitando todo dramatismo a esta muerte, Hirshmann apunta que la muerte de Mozart se debió probablemente a que ingirió chuletas de cerdo en mal estado, pues el cuadro clínico es compatible con el de una triquinosis, aunque añade que cualquier teoría sobre la muerte de Mozart nunca podrá confirmarse porque su tumba fue utilizada después para enterrar otro cadáver y sus restos fueron diseminados por todo el camposanto.

Las investigaciones médicas de los últimos años han confirmado que Napoleón murió envenenado por arsénico, y no por un cáncer de estómago, lo mismo que el emperador Claudio (por comer setas venenosas), pero en otros casos de personajes extraordinarios la muerte obedece a causas menos extraordinarias. ¿Y qué pasó con Sansón? Último diagnóstico: personalidad antisocial. Al parecer, cumplía seis de los siete criterios diagnósticos del DSM-IV [Archives of General Psychiatry, febrero de 2001]. Si esto no es pasión por la historia, ¿qué es entonces?¿Escepticismo histórico? ¿Medicina irónica?


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