Sobre la frontera virtual entre ciencias y humanidades
Los museos admiten muy diversas clasificaciones, pero hay una muy reveladora, que es la que distingue los de mirar y no tocar de aquellos en los que está permitida y casi obligada la manipulación de los objetos. Esta atípica clasificación parece solaparse a primera vista con la tradicional división entre humanidades y ciencias, pero en realidad se ajusta más exactamente a la distinción entre los clásicos museos de arte y los nuevos museos interactivos de ciencia. Parece que las obras de arte están para la contemplación, y la ciencia, para descubrirla con las propias manos (“prohibido no tocar”, se advierte en estos centros); quizá por esto los primeros parecen más museos de adultos y los segundos, de niños. En internet esta distinción es más virtual que real, pues las nuevas propuestas educativas en red de los principales museos del mundo, ya sean de arte y cultura o de ciencia y tecnología, se centran en la interactividad y el aprovechamiento de los recursos multimedia. Para constatarlo basta visitar el área educativa del Museo Thyssen de Madrid o el sitio Louvre.edu, el campus virtual del más famoso museo de arte y cultura de Francia.
Ante las posibilidades de divulgación de las ciencias y las artes que ofrece la red cabe plantearse, entre otras cuestiones, que tipo de museo es el más visitado en internet, cuáles ofrecen un mayor desarrollo tecnológico y a qué nivel están los e-museos españoles. Si para contestar a la primera pregunta hacemos una búsqueda por “museum” en Google, un buscador basado en la densidad de enlaces, encontramos que los 10 primeros museos en la red son el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el British Museum de Londres, el Museum of Science de Boston, el Natural History Museum de Londres, el United States Holocaust Memorial Museum de Washington DC, el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York, el American Museum of Natural History de Nueva York, el Field Museum de Chicago, el National Museum of Science and Industry de Londres y el Smithsonian National Air and Space Museum de Washington DC. Al margen de que todos son estadounidenses y británicos, es revelador que haya una presencia equitativa de museos culturales y científicos.
En el informe “e-España 2002” de la Fundación Auna se analiza el desarrollo en la red de los museos españoles. Para ello se comparan entre sí 53 museos, seis extranjeros de entre los mejores del mundo (cinco de arte y uno de ciencias, La Villete de París) y 47 españoles. El mejor de todos ellos resulta ser un español y además de arte, el Museo Thyssen de Madrid, seguido de la Tate Gallery, el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona (CCCB), el MoMA y los Museos Guggenheim. El estudio concluye que los sitios web de un buen número de museos españoles están a un nivel equiparable o superior a los de los museos más emblemáticos del mundo. Si resulta que el Thyssen es el mejor, hay quien dirá que no es gran cosa lo que hay en la red. Pero tiempo al tiempo, este e-museo sólo va por la tercera versión. Y otros aun por la primera.
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