Estilistas

Sobre la necesidad de una especialidad médica sobre el estilo de vida

[divider_flat] Si la salud y la longevidad dependen más del estilo de vida que de los genes; si la modificación de los hábitos de vida es en muchos casos más decisiva que los tratamientos farmacológicos o quirúrgicos, y si además el conjunto de los ciudadano tienen amplias dudas sobre lo que es un estilo de vida saludable, ¿por qué no hay una especialidad médica consagrada al estudio de los estilos de vida y a la incorporación de este conocimiento a la práctica clínica? Este es el razonamiento que se hicieron hace algunos años un grupo de médicos de Estados Unidos y lo que les llevó a crear una nueva sociedad médica profesional, The American College of Lifestyle Medicine (ACLM).

Los fundadores del ACLM,  que agrupa ya a unos 150 miembros de diferentes especialidades clínicas, desde nutricionistas a oncólogos, pretenden que la medicina del estilo de vida se convierta en una nueva especialidad clínica acreditada y que sus contenidos pasen a formar parte de la formación médica básica de todos los médicos. Para impulsar estos objetivos, en enero de este año han lanzado una nueva publicación, The American Journal of Lifestyle Medicine, de periodicidad bimestral y revisada por pares, que pretende profundizar no sólo en los aspectos científicos de los estilos de vida, sino también en los educativos y prácticos

Y es que en cuestión de estilos de vida, de la teoría a la práctica hay un gran trecho. Una cosa es reconocer la importancia de llevar un estilo de vida saludable para la promoción de la salud y la evitación de enfermedades, y otra bien distinta saber trasladar y aplicar los mejores conocimientos sobre hábitos de vida a cada persona. La confusión que hay entre los ciudadanos en torno a las dietas y otros aspectos básicos del estilo de vida, como son los relacionados con el estrés, el ejercicio físico, el sexo o el sueño, no hace sino complicar las cosas. Las actuales epidemias de obesidad y diabetes, así como buena parte de las enfermedades cardiovasculares y los casos de cáncer, se relacionan directamente con unos hábitos de vida poco saludables, y algunos aventuran que pueden hacer retroceder la esperanza de vida de algunas sociedades.

Los médicos son conscientes de que deben recomendar a sus pacientes que pierdan peso, que lleven una vida menos sedentaria o que duerman más y se tomen la vida con menos agitación, pero a menudo no saben cuáles son los mejores consejos y cómo ayudar a sus pacientes a que los lleven a la práctica, entre otras cosas porque a veces no predican con el ejemplo. El auge de algunas medicinas alternativas y complementarias tiene que ver sin duda con las insuficiencias de la medicina ortodoxa o científica para hacer suya ese importante arma terapéutica y preventiva que es el estilo de vida. Puede que haga falta crear una nueva especialidad médica sobre estilos de vida, pero en cualquier caso debe mejorar la formación sobre hábitos saludables de todos los médicos, y especialmente de los de atención primaria, pues ellos son los primeros estilistas de la salud.


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