Fervor observador

Sobre la proliferación de observatorios y observaciones

Es muy posible que cualquier cosa sea digna de ser observada, no digo que no. Pero, si se me permite la observación, empieza a haber muchos observatorios, quizá demasiados. Hasta la llegada de internet, las observaciones que se hacían en los observatorios eran mayormente astronómicas o meteorológicas. Desde hace unos años, en cambio, cuando se crea un nuevo observatorio lo más probable es que no se dedique a mirar detenidamente el cielo y las estrellas, sino cualquier otra cosa, asunto o fenómeno: desde el calzado al comercio, desde la familia a la sociedad de la información. Los institutos, centros, academias y demás instituciones consagradas al estudio parecen cosa del pasado. En este mundo globalizado por internet lo que se lleva ahora es el observatorio “de”, “para” o “sobre” lo que sea.

En una rápida observación a vista de pájaro por internet, podemos descubrir el Observatorio de la Violencia de la Fundación Mujeres y el veterano Observatorio Español sobre Drogas, que funciona desde 1997, lo mismo que el Observatorio Europeo de la Televisión Infantil, una entidad que además de observar la televisión pretende conseguir que los programas infantiles sean educativos, formativos y entretenidos. Internet y la cibersociedad son objeto de especial interés observacional, y así, sólo en España podemos encontrar el Observatorio Español de Internet, el Observatorio Español de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información o el Observatorio para la CiberSociedad, “un espacio para la reflexión, la documentación, el análisis y la discusión del ciberespacio y lo cibersocial desde las perspectivas de las ciencias humanas y sociales”. Y por haber, hay hasta un Observatorio sobre las Preferencias Laborales de los Estudiantes de Secundaria. Ni qué decir tiene que la salud es también motivo de la más atenta observación. Los observatorios de la salud han proliferado desde Londres (London Health Observatory) o Liverpool (Liverpool Public Health Observatory) a Nueva Zelanda (New Zealand Public Health Observatory). En España, en los últimos tiempos se han creado, entre otros, el Observatorio de Salud y Mujer, por iniciativa de la Fundación Biblioteca Josep Laporte y la farmacéutica MSD; el Observatorio de Salud en Europa, de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, adscrito a la Escuela Andaluza de Salud Pública, y el Observatorio de Desigualdades de Género en la Salud, de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (SESPAS). El Partido Popular ha pedido incluso, el pasado 18 de noviembre, la creación de un “observatorio del medicamento”.

La existencia de tantos observatorios no es en sí ni buena ni mala. Pero es de suponer que estarán acumulando una cantidad y variedad de observaciones sin precedentes. Como este fervor observador no se contenga, vamos a tener tantos observatorios, observadores y observaciones que nos va a hacer falta un “Observatorio de la Proliferación de Observatorios”. Y a ver qué observa.


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