Sobre la utilización de los recursos médicos en internet y su difícil valoración

Un día sí y otro también aparecen encuestas y comentarios que llaman la atención sobre el enorme interés que suscita la información médica en internet entre el público general. Algunos parecen darnos a entender que buscar información de salud es una de las actividades preferidas de los internautas. Un informe del Pew Internet & American Life, titulado “The online health care revolution: How the web helps americans take better care of themselves”, constata que más de 50 millones de americanos han buscado en la red información médica. Esta organización, que estudia el impacto social de internet, habla de un grupo de “buscadores de salud” que rastrean material de salud por lo menos una vez al mes. Según sus encuestas, hay más internautas americanos interesados en la información de salud que en los resultados deportivos, las cotizaciones bursátiles o el comercio electrónico. Estas y similares conclusiones pueden tener su punto de verdad pero tampoco sería de extrañar que estuvieran distorsionadas por sesgos diversos.

Una de las referencias en la materia es la serie de encuestas sobre la evolución del uso de internet con fines médicos que viene realizando desde hace años la Health On The Net Foundation (HON). La última, realizada entre febrero y marzo de 2001, ha recogido más de 3.300 respuestas entre profesionales de la salud (1744) y público general (1581) y muestra algunos datos interesantes. Así, comprobamos que entre los pacientes que respondieron la encuesta, un 63% ha discutido con su médico la información de salud que ha encontrado en la red, un 33,74% ha recurrido a consultas médicas “on line” y un 43% ha utilizado internet para buscar segundas opiniones sobre diagnósticos médicos. Por lo que respecta a los profesionales médicos, hay que destacar que un 77% reconoce que sus pacientes discuten con ellos la información de salud encontrada en internet, un 44% mantiene correspondencia electrónica con sus pacientes y un 71% recomienda a sus enfermos los sitios de salud como un medio válido de información médica (en cambio, un 71% desaconseja los grupos de discusión).

Para valorar mejor hasta qué punto esta encuesta puede reflejar alguna deformación profesional, conviene conocer el perfil del encuestado que voluntariamente ha respondido el cuestionario de la HON. Según los datos de esta fundación, los profesionales de la salud son el 52,5%, frente a un 47,5 de usuarios no médicos. Hay una ligera mayoría de mujeres (51,5%) frente a hombres, a diferencia de lo que ocurría en encuestas de años anteriores. Un 67% de los encuestados tiene como lengua materna el inglés, siendo la siguiente el español (7,7%). Otro dato importante es que del grupo de usuarios, la tercera parte se identifica como paciente. Por edades, el grupo más numeroso es el de 40 a 49 años (31%), seguido del de 50 a 59 (25%), mientras que sólo el 30% es menor de 40 años, con un insignificante 0,5% con menos de 20 años.

¿Quiere esto decir que la salud no interesa a los más jóvenes? Nada de eso, si nos atenemos a otros sondeos. Una encuesta presentada en la última reunión anual de la Society for Adolescent Medicine de EE UU muestra que tres de cada cuatro adolescentes utiliza la red para buscar material de salud, bien para información personal (principalmente sobre enfermedades de transmisión sexual, dieta, conductas sexuales, ejercicio físico y alcohol) o para trabajos escolares. Está claro que los resultados de estos y otros sondeos pueden ser dispares y hasta contradictorios, pero como los contenidos de salud son tan amplios y difusos puede que todas tengan algo de razón. Sin embargo, el auténtico uso de la red con fines médicos resulta hoy por hoy desconocido.


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