Salud global

Sobre las expectativas de vida saludable en los países del mundo

[divider_flat] La esperanza de vida y de vida sana es tan diferente en las distintas regiones del mundo que la globalización de la salud es hoy por hoy una utopía. Con todo, sí se han conseguido globalizar los indicadores de vida sana, lo que permite al menos tener una idea aproximada del nivel de salud que disfrutan las distintas poblaciones humanas. La Organización Mundial de la Salud (OMS) divulgó la semana pasada la primera tabla de todos los países del mundo (exactamente 191), ordenados según un indicador (el DALE o Disability Adjusted Life Expectancy) que mide la esperanza de vida en buenas condiciones de salud. Esta nueva y reciente fotografía global de la salud muestra el abismo que hay entre unos países y otros, pero también alguna sorpresa.

Los datos de la OMS, referidos a la esperanza de vida sana que tiene un niño nacido en 1999, hablan por sí solos (la BBC ofrece la tabla completa). Los 10 primeros países son:  Japón, con una esperanza de vida sana de 74,5 años; Australia (73,2), Francia (73,1); Suecia (73,0), España (72,8), Italia (72,7), Grecia (72,5), Suiza (72,5), Mónaco (72,4) y Andorra (72,3). Y los 10 últimos: Sierra Leona (25,9), Nigeria (29,1), Malawi (29,4), Zambia (30,3), Botswana (32,3), Uganda (32,7), Ruanda (32,8), Mali (33,1) y Etiopía (34,0). El abismo que separa a Japón y Sierra Leona (el país que ha sufrido recientemente una oleada de amputaciones) es de casi medio siglo, toda una vida o, si quiere, la mitad de los años de vida que podría alcanzar un niño en condiciones ideales. La esperanza de vida sana en algunos países africanos está cayendo hasta unos niveles que no se veían en los países desarrollados desde los tiempos medievales. El sida ha matado a 2,2 millones de africanos en 1999 (la mortalidad global fue de 56 millones de personas en todo el mundo, de los cuales 10,5 millones fueron niños menores de cinco años) y ha recortado la esperanza de vida de algunos países entre 15 y 20 años.

De los 191 países asociados a la OMS, sólo 24 superan o igualan los 70 años de esperanza de vida sana, mientras que hay 32 países que no alcanzan los 40 años. La OMS calcula que en los países más sanos, los años con enfermedad y discapacidad representan un 9% de la esperanza de vida de la población, mientras que en los menos sanos representa un 14%.¿Y dónde queda Estados Unidos? Esta es una de las mayores sorpresas: en el puesto 24, con una esperanza global de vida sana para su población de 70,0 años, por detrás de casi todos los países desarrollados, debido a las deficiencias y desigualdades de su sistema sanitario, a las elevadas tasas de mortalidad cardiovascular y por cáncer, y a los elevados niveles de violencia y homicidios, entre otras causas. España, con el DALE en la mano, va bien, aunque son las mujeres quienes elevan la esperanza media (75,7 años frente a 69,8 de los hombres), sólo superadas por las japonesas, con 77,2 años, y las francesas, con 76,9. En general el sesgo por sexos es de unos 7 a 8 años a favor de las mujeres (en Rusia hay casi 10 años, mientras que Arabia Saudita es una de las excepciones), cuando a principios de siglo sólo era de 2 o 3 años.

El DALE es sin duda un buen indicador del nivel de salud de una población, de su estilo de vida y de su sistema sanitario. Pero hay algo importante que no recoge este indicador: la propia satisfacción con la salud. Según el último Informe Mundial sobre la Cultura de la UNESCO, el porcentaje de personas satisfechas con su salud en Japón es uno de los más bajos (44%), mientras que el de Nigeria, el segundo país con menor esperanza de vida sana, es del 80%. Está claro que la salud no es lo mismo aquí que en Nigeria, aunque España, con un 56% de satisfechos, está con la media mundial (59%).


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