De primera

Sobre la presencia de la biomedicina en las portadas de los diarios

Las primeras páginas de los periódicos son cada vez más permeables a los hallazgos y avances de la biomedicina. Hace sólo unas décadas el panorama era bien distinto: las noticias biomédicas no llegaban a las portadas, sencillamente porque había una cierta carestía de este tipo información, la investigación apenas era visible y faltaban periodistas especializados. Pero las cosas han cambiado mucho en los últimos años: ahora hay miles de historias biomédicas empujando ¿desde las revistas y los centros de investigación, principalmente¿ por hacerse un hueco en los periódicos y hay un buen número de periodistas para contarlas. La biomedicina se ha consolidado como un área informativa relevante y apreciada por los lectores, por lo que a menudo merece ir en primera página. El problema con este tipo de información tan técnica y especializada es que, a diferencia de lo que ocurre con la política, los deportes y otras áreas informativas, en un periódico no es siempre fácil discernir el grano de la paja, las historias que tienen detrás una investigación impecable en una revista seria de las que no la tienen; aparte, por supuesto, de ser un tema de interés general y, si es posible, con connotaciones locales.

En Estados Unidos, algunos directores y jefes de información de periódicos son cada vez más escépticos ante el creciente número de artículos periodísticos relacionados con investigaciones médicas, según escribía el 16 de febrero de 2007, en su columna del Chicago Tribune, Timothy J. McNulty, el public editor o defensor del lector de este periódico. A los jefes de información les preocupa crear falsas esperanzas o expectativas, del mismo modo que les preocupa el confirmar la credibilidad de la investigación aparte del prestigio de la revista que la publica. El sistema de información embargada que practican muchas revistas científicas permite a los periodistas disponer de varios días para valorar la calidad y trascendencia de la investigación. Pero esto no siempre es fácil. Por eso, hay algún redactor jefe, según cuenta McNulty, que rechaza por sistema cualquier historia que tenga que ver con investigación en ratones, a menos de que se le convenza del valor del trabajo.

A pesar de todas las cautelas, muchas investigaciones que se hacen hueco en los periódicos, incluso en su portada, son intrascendentes. En 2006 se registraron en PubMed nada menos que 700.000 artículos de biomedicina, de los cuáles sólo una mínima parte tienen relevancia médica y calidad científica. «Necesitamos menos investigación, mejor investigación e investigación hecha por razones justificadas», escribía Douglas G. Altman en un editorial del British Medical Journal del 29 de enero de 1994, titulado The scandal of poor medical research. La actual inflación de artículos médicos intrascendentes sigue siendo un escándalo, pero quizá lo sea todavía más que alguno de esos trabajos encuentre hueco en la portada de algún periódico. Que salga en primera no garantiza que la investigación sea de primera.


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